lunes, 8 de abril de 2019

La Introducción de esclavos de África



Ya desde los primeros testimonios de Cristóbal Colón sobre esa tierra se tenía esperanza en Castilla de la exploración de las minas, más si cabe cuando se confirmó la noticia que era un nuevo continente ,y todo en vista a la fertilidad de sus tierras ,sus filones de metales preciosos sin explotar ,y maravillas que llevaron a la necesidad de de buscar una mano de obra que permitiera suplir las necesidades de explotación de esas tierras aplacando el inconveniente de la falta de colonos .

Las primeras directrices era recurrir a los indígenas para suplir la mano de obra .Pese a esta situacion, el número de indígenas bajaba paulatinamente debido a la dureza de los trabajos sometidos y condiciones en las que se hallaban, siendo peligroso para ellos un resfriado común .

Fray Bartolomé ,siendo una de las figuras que más reclamo la necesidad de mandar esclavos africanos ,puesto que según el eran de complexión y físico más fuerte propios  para los trabajos más duros ,tales como la agricultura y minería,además de que ya se habían probado como esclavos siglos atras .



 

¿Cuándo los negros africanos llegaron a las Américas y a Panamá?




La historia de la llegada de los esclavos africanos en Latinoamérica empezó más o menos desde los principios del siglo XVI. En esta época ya habían familias ricas en España que tenían esclavos negros africanos que utilizaron como sirvientes o para trabajos pesados. De esa manera los esclavos llegaron al Nuevo Mundo también, con sus patronos ricos. Llegaban al Nuevo Mundo desde algunos puertos grandes en España con grandes concentraciones de negros africanos, como Sevilla, Cádiz, Huelva y también Valencia. Y entraron en América por las entradas más grandes del Nuevo Mundo; Veracruz, Cartagena de Indias, Portobello, la Habana y varios puertos venezolanos.

Con la autorización de la Corona, de la exportación de esclavos desde España al Nuevo Mundo aumentó la cifra de esclavos negros que llegaron a América. Y esa exportación de esclavos continuó hasta los finales del siglo XIX, a pesar de que el 13 de enero de 1880 se declaró la abolición de la esclavitud.
En los primeros siglos coloniales la mayoría de los esclavos tenía que trabajar en las minas en el interior de Bolivia, Perú, México, Honduras y Colombia. Entonces, no habían muchos esclavos en las islas antillanas, pero eso se cambió rápido. Porque en las antillanas se pedían más y más a la Corona que les diera permiso de importar esclavos negros. La razón fue que los colones preferían un negro a cinco indios porque los negros fueron más productivos. Por ejemplo en la cultiva de yuca un indio fuerte hacía 12 montones diarios mientras que un negro hacía 140, es una diferencia muy grande. Así el esclavo Africano se extendió desde Las Antillas al continente. Y en el siglo XVIII se abrieron dos puertos más, Montevideo y Buenos Aires. Hoy las zonas con las concentraciones de negros más grandes están situadas en las costas continentales en México, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, y sobre todo en Las Antillas.
En 1513, Los negros coloniales llegaron a Panamá como esclavos durante la colonización español.
Los aportes del negro a la economía, la cultura, la educación, el idioma, el arte culinario, la religión .

En el Caribe había situaciones lingüísticas diferentes; habían algunos palenques y otros casos de creación de lenguas criollas afrohispanas, había la pervivencia de uso de lenguas africanas en los rituales religiosos de los esclavos y el uso en cantos populares y su influjo en el español, y por último había el vocabulario de origen africano que comenzó a formar parte del habla común de algunas regiones. Son tres situaciones en los que la influencia del africano es muy considerable. Quedan algunos términos y palabras africanas o criollos en estos vocabularios distintos.
Los pueblos no olvidan sus alimentos familiares. Al venir los negros a  América trajeron los frutos a que estaban familiarizados: la patilla o sandia; el gombo que encontramos hoy en el departamento de Bolívar; el ñame y, posiblemente, varias especies de plátanos.
Asimismo los hombres se apegan a sus ritmos musicales. Cuando el negro se vio en América, y su padecer y el azote de sus amos le dieron tregua una de sus primeras aspiraciones debió ser la de reconstruir sus primitivos instrumentos musicales, un carrizo, una tambora, para modular con ellos una evocación de su patria perdida, y, al oírla, otros negros y negras debieron sentir el escalofrió de una alegría dormida en el recuerdo y saldrían al ruedo para revivir, a ocultas de sus opresores, su antigua y nueva danza, que es su manera de interpretar la alegría y la gracia, la belleza y el amor. Nació así la música Afroamericana. La música folclórica panameña se destaca por sus danzas, movimientos de manos, pies y cadera, y los ritmos de los tambores que vienen de la herencia africana.
El tambor lo usaban como una manera de expresar su sentimientos y comunicarse entre si. Los ritmos africanos conforman el folclor de Panamá. Se llaman: el tamborito, la cumbia, el bunde, el bullerengue, el bambasú, el quitipié y el congo.
Sin embargo la cualidad y dote más permanente de la raza negra habían de ser sus creencias religiosas y sus ritos, los cuales, a pesar de la esclavitud, tuvieron larga permanencia en tierras para ellos extrañas de América.  Entre los negros es notable el arte de los tejidos elaborados con hojas de palma. Es muy probable que muchas manifestaciones de esa habilidad y de esa gracia que presentan los objetos folklóricos americanos nos vengan del África.
La medicina negra, también el arte, envuelven en sí un elemento de terror mágico y sugestivo. El mismo se advierte en muchas de las prácticas médicas y en la personalidad de los curanderos populares en América y en los bailes hipnotizantes como el batuque. Como recuerdo africano podemos tomas también esa costumbre y habilidad con que las negras americanas llevan en la cabeza las ollas, los cantaros, a veces pesados, o también objetos ligeros, manteniendo el equilibrio y el ritmo de andar por senderos escabrosos y largos caminos. Pero, sin duda, el aporte más considerable del negro a su nueva sociedad en América fue su cuerpo y sus dotes hereditarias, su pigmento y su piel, sus músculos y sus caderas, su pelo y su andar, su salud en los peores climas y su reciedumbre para trabajar en ellos.
Los negros fueron traídos al istmo para construir ciudades y edificios. Ellos son responsables por la construcción de las ciudades de Nombre de Dios, Portobelo, Penonomé, Chorrera y Panamá. Se apreciaba a los negros por su fuerza y su rendimiento al trabajo.
El aporte al habla panameña es un ejemplo de transculturación  por que clara y vidente. Ha sido un paulatino proceso histórico cultural donde pasaron por hostiles momentos transigentes y poco a poco fueron adaptándose para reivindicar e integrar a una nueva sociedad hoy reconocida como Panamá.
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1 comentario:

  1. Esta información sobre nuestra raza negra debe darse a conocer más, ya que muchos de nuestros compatriotas, triste es decirlo, se averguenzan de decir que pertenecen a esta raza valerosa.

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